*Alvaro César Velasco Alvarez
Enero 13 de 2012
INTRODUCCIÓN:
La reflexión en construcción que se presenta en este
escrito, bajo el nombre de: “El Resurgimiento de las Culturas Raizales:
Territorialidades y Lenguajes Emergentes”, pretende ser una primera
aproximación ordenada de un tema que ha ido concitando mayor interés, no solo
individual, sino como un asunto fundamental que congrega al colectivo de
Fundaminga1 y muchos de los amigos cercanos que acompañan procesos de
resurgimiento de culturas ancestrales: campesinas, indígenas y afro-raizales,
cuyos orígenes se remontan en el tiempo mucho más allá de la corta historia de
Colombia, República o Estado-Nación que no ha podido consolidarse, aún cuando
ya esa forma de organización social parece agotada o inadecuada para enfrentar
los grandes problemas y desafíos de la sociedad contemporánea.
Resurgimiento de
culturas raizales que ocurre como resultado de procesos que paulatinamente han
recreado territorialidades y lenguajes. Fenómeno que además, emerge de forma
simultánea con las nuevas formas de pensamiento crítico que se han ido consolidando, a
medida en que el legado de la ilustración, sus esquemas y concepciones, se
muestra cada vez más insuficiente para dar cuenta de una realidad cuya
complejidad, paradójicamente avizoramos, gracias a los avances del pensamiento
y de la ciencia que esos pioneros del paradigma cartesiano contribuyeron a
forjar, pero que ahora, sin duda, los supera.
Vivimos hoy una realidad que sobrepasa toda explicación por
más refinada y parcialmente acertada que sea, a tiempo que la humanidad se
encuentra sumida en una profunda crisis ambiental, social, ética y cultural.
Crisis que, también se deriva de esa forma dominante de hacer, de pensar y de
concebir el mundo.
En ese contexto, el resurgimiento de culturas raizales
adquiere connotaciones que en mi sentir, tienen gran importancia en cuanto
procesos interculturales dialogantes que al recrearse impulsan un resurgimiento
ético y estético en otros ámbitos y contingentes sociales, es decir, que están
alentando una renovación cultural en beneficio de la vida entera.
La emergencia de territorios y lenguajes ancestrales, nos
propone a su vez, el reto de recrear con ellos otra manera de ver, de ser y de
vivir, es decir, de consolidar territorialidades en las que todos los seres y
los elementos que las constituyan configuren un campo relacional vivo y
palpitante, se trata, de alentar el surgimiento de territorios autónomos,
diversos, cooperantes, acoplados a la naturaleza y al universo.
No sobra decir
que los procesos a que nos referimos, son germinales y tiene un devenir
incierto, razón de más para reflexionar sobre ellos; y como son innovadores y
autónomos, tienen serios distanciamientos en su quehacer con las organizaciones
regionales y nacionales que dicen representarlos, pero cuya manera de actuar,
las ha transformado en brazos, que de hecho son dependientes de las
instituciones nacionales e internacionales que les brindan soporte y de sus
burocracias.
ENFOQUE
La esterilidad del mundo burgués desembocará en el suicidio
o en una nueva práctica de participación creadora. Tal es, para decirlo con la
frase de Ortega y Gasset el “Tema de nuestro tiempo”: la sustancia de nuestros
sueños y el sentido de nuestros actos”. (Octavio Paz, 1970, p. 89.)2
2 Paz, Octavio, “El laberinto de la soledad”, Primera
edición (Siglo XXI), Fondo de Cultura Económica de España, Madrid, 1970
Compartimos el dilema que propone Octavio Paz para
caracterizar la sociedad de nuestro tiempo, sobre todo en cuento se refiere a la
necesidad de participación creadora orientada hacia la construcción y el
acompañamiento de procesos emergentes de nueva sociedad. Procesos que con
seguridad, ya se están llevando a cabo en distintos lugares del mundo, tratando
de superar la dualidad entre teoría y práctica que nos ha fragmentado como
individuos y como sociedad.
Procesos que avanzan realizando el valor de uso de
los conceptos y las categorías, utilizándolos como insumos destinados a
preparar, abonar e impulsar la reflexión fundamental que nos conduce a
re-conocer el entramado relacional del que hacemos parte, para una vez
situados, poder conocer, curar y transformar el ámbito en donde se desenvuelve
la existencia de los sujetos, comunidades y personas que participan de procesos
emergentes de investigación-acción.
Los elementos teórico-metodológicos se
constituyen así, en elementos destinados a desbloquear la mente individual y
colectiva desde donde necesariamente tienen que germinar los procesos autónomos
de aprendizaje que reconfiguran relaciones, propiciando el intercambio orgánico
de información, materia y energía, que a medida que surge, brinda el sustento
vital desde donde han de empezar a surgir renovados sujetos, relaciones,
lenguajes y territorios de la sociedad por venir.
Se trata, como lo enfatiza Arturo Escobar, de propiciar un
proceso de investigación y aprendizaje que permita ver y vivir la realidad
social de “otra forma” cuestión que requiere mucho más, que teorías
alternativas como las que, se conocen ahora, bajo el nombre de “teoría de la
complejidad”.
Complejidad que no es una abstracción teórico-filosófica, sino
algo que emerge de abajo: de un entretejido de interrelaciones que se
multiplican y auto-organizan con una lógica, unos principios y unas reglas no
pre-establecidos, que emergen como regularidades desde las actividades
cognitivas, configurando redes de inteligencia colectiva, que se irán acoplando
para generar las condiciones, las emociones y la razones que sustentan su
propia existencia, íntimamente dinámica, orgánica, descentralizada y no
jerárquica, creando así un renovado ámbito social.
El reto está en adquirir capacidad para reconocer, acoplarse
y actuar, en el marco de las situaciones concretas y cambiantes de cada
comunidad para comprender su realidad más profunda, desde esa dinámica que
puede emerger una renovada visión de la diversidad de formas y relaciones que
configuran vida, lenguajes y territorios. La metáfora de referencia, sería el
enjambre en cuanto que, toma distancia de esa otra percepción de realidad que
se inspira en la metáfora del reloj (exactitud mecánica producto del engranaje
de partes) para en su lugar, proponer analogías con otros conjuntos dinámicos y
cambiantes, como son, por ejemplo, las nubes.
Con ésta perspectiva se trata de
alentar la configuración de territorios, donde la soberanía sea producto de la
capacidad de cada quien y de todos, de cuidarse cuidando y amando lo prójimo,
creando o recreando una visión del mundo que relacione al conjunto de los seres
con el movimiento de la realidad, la vida y el universo.
Es como empezar a
navegar conscientemente en el espacio-tiempo configurando territorios vivos
donde la comunicación propicie el intercambio orgánico con la naturaleza, la
sociedad envolvente y el universo, construyendo ámbitos de autonomía para la convivencia, asumiendo responsabilidades,
valorando los diversos saberes y puntos de vista, reconociendo subjetividades e
intersubjetividades, es decir, a los otros y lo otro, sin descartar sus
distintos marcos de significado.
En síntesis, aprender tejiendo, desde abajo
redes que traspasan los linderos o fronteras del pensar y del hacer en que nos
hemos forjado, y que han sido siempre trazados desde arriba. Se trata de
construir una relación orgánica entre el proceso de vivir y el proceso de
conocer, de tal modo, que cada quien pueda decir: “existo, luego pienso”, en
lugar de: “pienso, luego existo”.
“Redes” y “enjambres” son buenas metáforas o herramientas
conceptuales, en cuanto permiten entender mejor las complejas relaciones de la
cambiante realidad, no solo en el marco de la teoría de la complejidad, sino
para recuperar y recrear el legado de esas culturas raizales, campesinas,
indígenas o afrodescendientes, que por tradición ancestral construyeron
relaciones de sustentación mutua con la naturaleza, y con ello, maneras
analógicas y alegóricas de vivir para pensar, mediante acciones de intercambio
orgánico derivadas de cosmogonías que proporcionan otra forma de concebir y
administrar el espacio-tiempo, descifrar el entorno y construir lenguajes y
territorios, es decir, maneras creativas de convivir con el espacio y el
territorio al ritmo del tiempo y el momento, saber orgánico que se manifiesta,
por ejemplo, en aquellos calendarios en forma de disco que relacionan a partir
del giro anual de la tierra en torno al sol y de la luna en torno a la tierra,
los ciclos de reproducción de la vida en sus territorios, representaciones
donde diferentes expresiones de la vida en relación con el universo aparecen
vinculadas a las diversas practicas sociales y rituales que señalan el momento
y la manera de acoplarse a la cambiante realidad en cada época del año.
Culturas raizales que se transformaron en parte estructurante de la red o del
sistema geo-bio-físico al que pertenecen, no como dueños, sino como integrantes
de ese entramado al que se asimilaban a partir de maneras de actuar que se
realizan mediante relaciones de intercambio en reciprocidad, trueque orgánico, respetuoso
y amistoso que se realiza en procura de satisfacer sus necesidades humanas,
entendidas éstas, para el propósito de la presente reflexión, conforme a la
propuesta de Max Neef y Elizalde, según la cual, y a mi manera de ver, las
maneras en que se produce: el entendimiento, la protección, la subsistencia, el
afecto, la participación, la creación, la identidad, la recreación y la
libertad, determinan las maneras del estar, el tener, el hacer y en última
instancia, del Ser individual y colectivo, en otras palabras, la sabiduría
ancestral de las comunidades, campesinas, indígenas o afro-raizales es
compatible con la “teoría de la complejidad” en cuanto son producto de saberes
que se renuevan y adaptan a las circunstancias cambiantes de la vida y el
universo, y en tanto, configuran modos de saber simbólico, ecocéntrico y
holístico, de ahí, los importantes aportes que ese legado cultural puede
hacernos, siempre y cuando encontremos la manera adecuada, discreta y creativa
de articularlo y recrearlo en los procesos de investigación participativa
orientados a la construcción en el aquí y ahora, de la sociedad por venir.
METODOLOGÍA
Las pautas metodológicas que inicialmente se plantean se
nutren de variadas fuentes como se irá viendo a lo largo de esta reflexión que
apenas comienza. Por ahora y para el presente escrito, he tomado, como referente
conceptual-metodológico, la concepción pedagógica de don Simón Rodríguez,
pedagógo y maestro de Bolívar, en cuanto responde a una preocupación
fundamental que compartimos: “La sabiduría de Europa y la prosperidad de los
Estados Unidos son grandes obstáculos para la libertad de educarnos en
América”3 axioma que complementa diciendo que en todo proceso de aprendizaje es
indispensable “darle a los pensamientos el espíritu que le es propio”,
propósito para el cual, nos dice, deben “dibujarse” los pensamientos haciendo
un “diagramado topográfico” que le dé contexto, raíz y territorio a lo
aprendido.
3 RUBILAR SOLIS, Luis, “Don Simón Rodríguez, El Pedagogo Andino” (1771-1854), (desde Cundinamarca hasta la Araucanía) "O inventamos o erramos"(SR). (UMCE, Santiago).
Por feliz coincidencia con el planteamiento anterior, desde
hace tiempo con el colectivo de Fundaminga, gracias a las enseñanzas de
científicos, poetas y maestros, y al invaluable aporte de los pueblos y
comunidades, con quienes hemos compartido en buena parte nuestra vida, hemos
diseñado una manera y unas herramientas para poner la memoria en movimiento,
generar reflexión y producir socialmente pensamiento y conocimiento para la
acción renovadora.
Se trata de una manera de impulsar la creatividad, recuperar
la imaginación y la memoria, mediante la elaboración colectiva, autónoma y
conversada de mapas, calendarios, gráficas y dibujos con las comunidades.
Metodología que en un comienzo denominamos “cartografía social” y que
posteriormente, la experiencia acumulada hizo que la llamáramos “poligrafía
social” por las características que el ejercicio fue tomando al generar otra
manera de representar e interpretar la realidad leyendo el territorio, y
recuperando el valor de la memoria, de las prácticas cotidianas, de los
calendarios, mitos y leyendas, construyendo de esa manera, un nuevo lenguaje
que recoge la historia del pueblo o la comunidad involucrados, sin fragmentar
el hilo de su devenir histórico, ya que muchas expresiones, saberes, usos y
costumbres permanecen, se renuevan o renacen hoy remontándose al origen y
transformando la relación: pasado, presente, futuro; al percatarnos que
fragmenta y/o elimina elementos y relaciones que ocurren y tienen presencia en
el aquí y ahora, es decir, que mucho del pasado y el futuro está presente en la
vida comunitaria, en su lenguaje, sus saberes, sus usos y costumbres, de ahí la importancia de
considerar el territorio como depósito de información y de memoria:
El territorio, es un campo relacional complejo y socialmente
construido, su exploración como campo relacional dinámico y cambiante conviene
hacerla asumiéndolo como un depósito de memoria que remite al origen de un
pueblo con sus maneras específicas de ser, de hacer, de hablar y de pensar, que
son y actúan como ADN de la identidad marcando su devenir histórico. Memoria
que cuando se pone en movimiento empieza a impulsar procesos de aprendizaje e
investigación vivos, que propician el resurgimiento y la recreación de la
propia existencia de los pueblos y su propia cultura. De esa manera se genera
renovado y auténtico el sentido común que vuelve a unirlos en el deseo de
resurgir recreando su cultura mediante acciones fundadas en la autonomía
creativa” (FUNDAMINGA, 2005)4
4 Poligrafía Social: propuesta conceptual y metodológica
construida para explorar, sentir y comprender el complejo y dinámico entramado
de relaciones y saberes que configuran territorios, entendidos como depósitos
de información y de memoria. Creada por la Fundación Fundaminga
El ejercicio de exploración, que se hace dibujando mapas y
calendarios compromete todos los sentidos y contribuye a que el aprendizaje se
nutra de la memoria primordial y de las prácticas sociales que han sido pilares
de la vida comunitaria. Las relaciones representadas en los mapas permiten
construir una manera de pensar emergente y renovada, capaz de interpretar
realidades, analizar problemas y tomar decisiones con autonomía, actos que
afirman el sentido de pertenencia y generan las competencias necesarias para
asumir responsabilidades en el cuidado de la vida y de la cultura comunitaria.
Lo representado o dibujado en los mapas y graficas
relacionales, configura un tejido que va enlazando mental y emocionalmente:
elementos del entorno, prácticas sociales, expresiones artísticas,
celebraciones rituales y momentos claves de la vida comunitaria. A medida que
el proceso de representación avanza, va mejorándose paulatinamente la capacidad
de narrar, conversar y comprender entre los dibujantes-pensadores quienes con
la competencia adquirida para representar, relacionar e interpretar, liberados
de temores e inseguridades, empiezan a sentir como necesarias, acciones destinadas a afirmar su dignidad y
relacionarse en pie de igualdad con los demás, de donde surge la necesidad de comunicarse,
aprender, transformar y relacionarse con el mundo con la dignidad y el
conocimiento que se adquiere al recuperar su memoria y afirmar su identidad.
Para ilustrar lo anterior, a continuación se presenta una
muestra de lo que es capaz de producir una comunidad cuando participa
activamente en la exploración de su territorio, la investigación participativa
que se refiere fue realizada recorriendo ríos y territorios con las comunidades
afro-raizales asentadas en las riveras de los ríos: Mejicano, Chagüi y Rosario,
ubicados al sur de la región del andén Pacífico colombiano, en jurisdicción de
Tumaco, departamento de Nariño, frontera con Ecuador.
La investigación permitió
como veremos, constatar que la sabiduría legado de los ancestros que construyeron
“palenques” territorios para la vida en libertad, está viva en el entramado de
relaciones que configuran sus territorios, es semilla de resurgimiento y tiene
la cualidad de potenciar la emoción y el deseo de recrear formas de vivir y
convivir, y eso a pesar de la muy difícil situación que esas comunidades
soportan en el presente.
MOMENTOS DE LUCIDEZ
Tres momentos demuestran la enorme riqueza de la cultura
afro-raizal, que no obstante las agresiones que padece, sostiene aun la vida de
las comunidades afrodescendientes asentadas el las riveras de los ríos antes
mencionados. Comenzaremos con una historia que tuvo lugar en el rio Chagüi,
dibujando con la comunidad de Palay, un mapa relacional de lugares, historias y
memorias vinculadas a su origen, ejercicio que propició un emocionante momento
de recuperación del espíritu cimarrón. Ocurrió al finalizar el
ejercicio cuando intercambiábamos sentimientos, reflexiones y aprendizajes,
Marcelino Hurtado, más conocido como “Junter” líder muy querido por su gente,
nos sorprendió con el siguiente relato:
…Contaban los mayores, nos dijo, que existió alguna vez un
hombre que pasó buena parte de su vida pidiendo limosna, contaban que cuando se
acercaba al final de sus días, algunos pocos amigos lo acompañaron a la hora de
su muerte, y cuando exhaló su último suspiro, uno de sus amigos, tomó la
bandeja con que pedía limosna y al sentirla pesada comenzó a limpiarla, y con
verdadera sorpresa descubrió que la bandeja era de oro… llamó a los demás…
quienes al mirarla, no podían creer que el mendigo hubiera perdido su vida,
pidiendo limosna en una bandeja que era un verdadero tesoro.
Peor que eso, como
les parece, prosiguió, es lo que nos esta pasando a nosotros, porque nuestra
bandeja de oro, nuestro tesoro, lo hemos visto y recorrido hoy haciendo éste
mapa, y no podemos dejar que se convierta, como parece, en indecorosa bandeja
para salir a pedir limosna, por ese camino vamos a acabar perdiendo por
completo la libertad, el territorio, la dignidad y la cultura, tal como las perdió
el difunto… (FUNDAMINGA 2008)5
5 Territorios, Ancestros y Semillas: memoria de la
investigación participativa con Poligrafía Social, realizada por Fundaminga con
comunidades afro-raizales de Colombia en los ríos Chaguí, Mejicano y Rosario
jurisdicción del Municipio de Tumaco, departamento de Nariño
Sin duda ese relato, esa alegoría, avivó la conversa y
fueron muchas las cosas que de corazón se dijeron acerca de la necesidad de
impulsar con renovado espíritu y mente de cimarrón la lucha en defensa de su
propia vida, su territorio, su cultura y su libertad.
Otro momento similar ocurrió en la comunidad de Mercedes del
mismo rio Chagüí dibujando el mapa de las relaciones con el bosque, la
conversación se detuvo cuando alguien señaló un área grande y boscosa por la
que algunos extraños, según dijeron, ofrecían compra, fue entonces cuando Don
Víctor Quiñones, intervino y contó la siguiente historia:
Esto me hace acordar, dijo, de Don Francisco Saya, era ese
hombre, todos lo saben, el mejor marimbero del río Chagüí, yo mismo alcancé a
conocerlo, en verdad tocaba y cantaba con un sentimiento y una fuerza que le
salía de lo más profundo de su corazón, verlo y oírlo hacia vibrar en cada uno
el alma de negro raizal que todos llevamos dentro… cuentan que un buen día, a
don Francisco Saya se le presentó en su casa un hombre extraño, un desconocido,
que al rato empezó a ofrecerle mucho dinero, muchas cosas y muchas ilusiones a
cambio de su tierra.
Dicen que Francisco Saya al oírlo, empezó a vacilar y se
sentó agachado y confundido, pero de pronto alzó la cabeza y al mirar la
marimba, se paró de un salto como si la marimba lo llamara, corrió hacia ella y
empezó a tocar con fuerza y sentimiento un canto ancestral… cuentan que toda la
tierra comenzó a vibrar como si respondiera a la música y el canto… el
desconocido sintió entonces, que nada tenía que hacer ahí, comprendió que
Francisco Saya, su tierra, su canto y su marimba, eran una sola cosa, que nunca nadie podría desterrar… eso es lo
que tenemos que hacer recuperar la música y el canto, que nos dieron tierra,
cultura y libertad, nuestro territorio de hoy… (FUNDAMINGA 2008)6
6 Op. Cit
Ese relato fue suficiente. A nadie le pasó por la mente
ocuparse de analizar las ventajas y desventajas del vender aquella zona
boscosa. Había quedado claro que, el territorio es tierra, gente, canto,
marimba y sentimiento y que eso no se puede vender. Después de esa evocación
del espíritu de libertad encarnado en Francisco Saya, la gente fue en busca de
la marimba y los tambores para cantar y danzar y así descargar esa emoción
compartida que surgía desde lo más profundo de su corazón afro-raizal.
Ahora va la historia de un hombre del rio Rosario, Don
Santiago García un auténtico agricultor tradicional, que tiene, una vieja
amistad con la palma de coco, cuenta 80 años, durante los cuales ha podido
conocer y compartir con esa palma sus mejores y sus más penosos días. Aprendió
de sus padres y abuelos los secretos y las formas amorosas de sembrarla,
acompañó por años a técnicos profesionales del INCORA y el ICA que realizaron
proyectos en la región para extender el cultivo, configurar una plantación y
producir para el mercado, de ellos también aprendió bastante.
Esa relación
amorosa con la palma, lo ha llevado a dedicar buena parte de su vida a tratar
de curar y controlar el “anillo rojo” enfermedad que ha devastado muchos
cocotales, sin que hayan podido los técnicos encontrar solución. Conversando
animadamente con él sobre su relación con la palma de coco, de pronto nos
preguntó sonriente:
¿Creen ustedes que se puede hablar con las plantas, con los
árboles, con las palmas?... Si le contestamos, conocemos amigos en la selva
amazónica que lo hacen… “Yo también lo hago, dijo entonces, cuando voy al
cocotal, si vieran como las palmas se mueven de contentas cuando llego, son mis
amigas, me preocupo por ellas, mi gran desafío ha sido controlar el anillo
rojo… los técnicos trataron de controlarlo fumigando la copa de la palma para
matar a los insectos que parece causan la fermentación, síntoma con el que
comienza la enfermedad… uno de esos insectos es el cucarrón, a mí siempre me
pareció muy sospechoso, este bicho debe ser el que les hace daño a las palmas pensaba yo, pasado el tiempo cuando los
técnicos se fueron para no volver, sin haber solucionado el problema, comencé a
seguir al cucarrón con mucha cautela, quería conocerlo mejor, de donde salía
antes de ir en busca de coco, y a donde iba cuando dejaba la palma, así pase un
tiempo, hasta que un día agarre un cucarrón grande que parecía ser jefe, lo lleve
a la mesa, lo puse patas arriba y le dije, vamos a ver ¿porque le haces daño a
las palmas?… el pobre cucarrón pataleaba desesperado como queriendo decir
no…no…yo no hago ningún daño… ¿cómo que no? le dije mirándolo fijamente y en
ese momento caí en cuenta de algo que no había visto, el cucarrón es ciego,
como les parece, y entonces claro, pude entender lo que me decía…” soy ciego es
el olor del fermento que me lleva a la palma”… es cierto, pensé, el olor es el
que lo lleva en busca de comida, tienes razón le dije y lo solté.
Luego trate,
de seguir al bicho que realmente causa la enfermedad, pero no pude, es muy
volátil y pequeño… desconsolado me puse a darle vueltas al asunto y a pensar…y
entonces me acorde de lo que mis mayores me enseñaron…y eso me aclaró la mente,
en lugar de matar a los insectos con venenos me dije, lo mejor es volver a
sembrar con cuidado cada palma, como lo hacían los viejos, mis padres y
abuelos, abriendo el hueco hondo, agregando ceniza y materia orgánica,
escogiendo la mejor semilla y rezando una oración, así crece la palma fuerte y
puede resistir el ataque de las plagas, así cuido ahora, claro no puedo cuidar
muchas palmas pero ellas también me cuidan a mí. Amor con amor se paga.
(FUNDAMINGA 2008)7
7 Op. Cit.
Con él fuimos a visitar sus palmas y a recorrer el bosque,
que hasta el día de hoy, padece el impacto de la fumigación que desde el aire
hacen naves y pilotos gringos para, según dicen, erradicar cultivos ilícitos de
coca, solo que generalmente fumigan las parcelas de pancoger, sin tocar muchas
veces las plantaciones grandes de coca controladas por extraños. Oigan y miren
las aves, nos dijo Santiago en el bosque, verdad que no se ven, es que, como
mucha de nuestra gente ellas también se han ido, desplazadas por la fumigación
y el ruido que hacen los aviones cuando pasan rociando el veneno. No cabe duda
pensamos siempre al recordar ese recorrido, don Santiago es un hombre que
investiga con el corazón, no para saber sino para vivir.
De esas conversaciones y talleres salieron otras sabias
reflexiones que tienen, ese profundo sentimiento afro-raizal acerca del
territorio, el agua, las semillas, la parcela de pancoger. Sobre el derecho a
la tierra y la libertad, por ejemplo, Miguelito Campaz, veterano líder y reconocido
luchador que pertenece a la comunidad afro-raizal del rio Mejicano, conversando con su comunidad en torno a un mapa, sobre el
derecho al territorio que construyeron sus ancestros, hizo una profunda y
sentida reflexión:
… Miren el mapa, nuestros derechos nacieron aquí en
territorios de libertad, cuidando la naturaleza, aprendimos a respetar la vida.
El derecho nuestro se canta y se baila al son de tambores y marimba. Nuestro
derecho enseña, lo que con la ley no aprendo. La ley me somete, el derecho me hace
libre. La ley me traslada, el derecho propio me da arraigo.
Nuestro derecho
está escrito en nuestros territorios, historias y memorias. Lo cuentan los
abuelos con historias de muchos árboles, matas, arbustos, peces y animalitos.
También del coco, del arroz, del tabaco, del borojó, de la piña, de los
plátanos, del cacao, de la caña y de las hierbas y plantas medicinales. Ahora
algunas de esas cosas de la vida ya no existen o están en peligro… Sobre las
semillas, por ejemplo, preguntaba un abuelo ¿qué fue primero el fruto o la
semilla? La semilla, nos decía que contestó un árbol de Mangle nato, la semilla
es la herencia de los árboles, contiene todo lo de antes. Las semillas nos
cuentan que comieron los abuelos y su lucha para conquistar y mantener la libertad.
La semilla encierra conocimiento. Nuestro deber es volver a tejer y a pensar
nuestro territorio y nuestro derecho, es tarea para hacerla con nuestros hijos
y nietos para defender la herencia que recibimos de nuestros ancestros...
(FUNDAMINGA 2008)8
8 Op. Cit.
Sin duda las anteriores reflexiones son producto de momentos
de lucidez que brotan recuperando la memoria que guarda el territorio que al
ser vivido y representado conversando y dibujando mapas, se transforma en un
espejo donde se refleja la historia y la identidad. Son ejercicios de trueque
de intangibles: afectos, saberes, emociones experiencias. Pero lo más
emocionante es que son expresiones hechas por agricultores tradicionales,
curanderos, parteras, médicos tradicionales, cantoras, tamboreros, marimberos,
pescadores, concheras, artesanos de las comunidades de esos tres ríos Mejicano,
Rosario y Chagüi, quienes participaron de los talleres conversando y haciendo
dibujos, mapas con canciones, coplas y narraciones que muchas veces terminaron
en baile.
Todo eso ocurrió en un proceso realizado para proteger sus
territorios y comunidades, cuidando el bosque y la cultura raizal. Fue un
ejercicio de investigación participativa realizado durante ocho meses (que
infortunadamente no hemos podido seguir acompañando de cerca), algunos de los
hombres y mujeres participantes podrían haber sido analfabetas, pero esa
limitación jamás le impidió, hacer memoria, pensar, representar, conversar, leer e interpretar su propia vida ligada a sus ancestrales
territorios. Es claro en nuestro sentir, que con comunidades raizales es mucho
cuanto se puede aprender y mucho más cuanto podremos conjuntamente crear, para
alentar el surgimiento de la sociedad porvenir.
TEXTOS
Lo expuesto anteriormente, se acopla, se nutre y se recrea
al acercarse intelectual y emocionalmente a diversos planteamientos que acerca
del lenguaje, la realidad, el pensamiento, la mente y la memoria han formulado
estudiosos, artistas y poetas, hombres y mujeres que desde diversos dominios y
disciplinas del conocimiento, le están abriendo camino a nuevas maneras de
aproximarnos a la realidad y a una mejor forma de participar en la gestación de
la sociedad por venir, que ocurre en medio de la crisis global en la que
estamos inmersos.
Sin duda, por ejemplo, las reflexiones de los afro-raizales
que hemos traído, a manera de ejemplo, como momentos de lucidez, permiten
comprender mejor a Humberto Maturana9 cuando se refiere al pensar
analógico diciendo:
9 MATURANA, Humberto, biólogo y epistemólogo chileno, junto
con Francisco Varela, desarrolló en la década de los setenta el concepto de
autopoiésis, el que da cuenta de la organización de los sistemas vivos como
redes cerradas de autoproducción de los componentes que las constituyen
… Lo fundamental del entendimiento de las coherencias del
vivir y del mundo que vivimos, ha surgido a lo largo de la mayor parte de los
tres millones de años de nuestra historia de seres lenguajeantes, desde el
pensar analógico sistémico… pensar analógico que opera captando configuraciones
relacionales y es efectivo en el ámbito de la biosfera como fuente de
entendimiento y de manejo sistémico del vivir.
Puede decirse que el pensamiento
analógico sistémico es inductivo en tanto que desde él, todo lo que se parece
es igual (o equivalente) desde el punto de vista configuracional, de modo que
si entiendo lo uno, entiendo lo otro. En el pensar analógico sistémico la
acción surge como un acto creativo…..llamo a este modo de mirar y pensar, mirar
y pensar poético…..en tanto este modo de pensar, en último término este modo de
percibir, revela relaciones que van más allá de las circunstancias que se viven
en cada momento…
El pensar poético no se detiene en las relaciones locales,
conecta, y es, por lo tanto esencialmente comprensivo. De ahí tanto su carácter
metafórico que invita a otra parte que se parece pero que no es la mismo,… invita a otro que ocurre de otra manera pero
que es igual (o equivalente). Entre-paréntesis fuera del texto... (Maturana,
1997, p. 125)10
10 MATURANA, Humberto. “La Objetividad: un argumento para
obligar” Dolmen Ediciones, Santiago de Chile 1997, pág. 125.
Sin duda, en mi sentir, Marcelino, don Víctor, don Santiago
y Miguelito son seres lenguajeantes, que con su manera analógica de pensar y
comunicar nos hacen sentir su mundo y al hacerlo nos llevan a él, lo recrean al
enunciarlo, generando emociones y deseos de volver a vivirlo, deseo que por
paradójico que parezca, esta al alcance de la mano y se vuelve a vivir por
momentos con el canto y con la danza.
Ahora bien, valga decir que esos momentos se producen en las
conversaciones y talleres, mediante un proceso donde se va amasando la palabra,
poniendo en movimiento la memoria, dibujando el territorio y realizando de
manera espontanea intercambios o trueques intangibles de energía e información,
coincide esa experiencia, con quienes han afirmado que todos los desarrollos
actuales de la semiótica muestran que, efectivamente, los procesos de
enunciación son procesos de constitución de sujetos Individuales y colectivos.
Los lenguajeantes recuperan y realizan el valor de uso del lenguaje y con el la
capacidad de recrear el mundo.
De igual manera, Gregory Bateson podría encontrar en esas
maneras de decir y compartir que, efectivamente como él lo había planteado, la
naturaleza se revela estableciendo relaciones con ella, y que los fenómenos
solo pueden ser conocidos en un contexto de observación participante que es
cuando la mente recupera su función y entonces la sabiduría, la belleza y la
gracia afloran, demostrando que los sistemas vivientes no son reducibles a sus
componentes puesto que la Naturaleza es mucho más y está viva, y de ella somos
parte.
La ceguera de la civilización actual, consiste como lo plantea el
profesor Guido Lagos Garay en su aproximación al pensamiento de Bateson, citando sus propias palabras: La
ceguera civilizatoria no es no ver… es más bien no saber relacionarse con
aquello que vemos”. El Principito había dicho ya lo mismo en otras palabras:
“la belleza pertenece al ojo que observa”. Se trata de abrir la mirada, no
dejarse seducir por el objeto, porque en el fondo, el objeto es inaugurado por
la mirada que sobre él se posa.
De igual manera, pienso que en esos momentos de lucidez, que
surgen conversando y dibujando el territorio que virtualmente va emergiendo
cuando empieza a ser narrado mediante ese lenguaje analógico que brota y se
nutre de la memoria, revelan por un instante el “orden implicado” sobre el que
reflexiona David Bohm, cuando nos dice que hacemos parte de la TOTALIDAD NO
DIVIDIDA EN MOVIMIENTO CONSTANTE, movimiento fluyente global no fragmentado ni
dividido.
Conforme a ese planteamiento, entonces cada ‘territorio emergente’
sería un fractal, una faceta de la totalidad, que a la manera de una estructura
disipativa que, ENTRE EL CAOS Y EL ORDEN, se mantiene alejada del equilibrio,
como lo plantea Prigogine, aunque relativamente invariante en el tiempo donde
navega, viendo más allá de lo explicado, guardando memoria sensible y recreando
la vida, siendo a su vez, imagen cambiante de un aspecto de la totalidad. En
ese sentido, un “territorio emergente” no puede ser ni mirarse fragmentado,
aunque este inmerso y se debata, en la realidad fragmentada y parcialmente
explicada creada por la civilización dominante.
La potencialidad que poseen las culturas raizales para
propiciar la emergencia de territorialidades que a la manera de estructuras
disipativas alejadas del equilibrio abran caminos donde podamos aprender y
liberarnos del “orden explicado”, contrasta con la actitud de incomprensión y
menosprecio que todavía marca la tendencia dominante en el campo de la investigación y la educación.
Solo en los últimos años se
está logrando contrarrestar esa tendencia, no obstante el predominio de un
discurso reivindicativo que lejos de impulsar el resurgimiento de las
territorialidades y culturas raizales, propicia su incorporación a la sociedad
envolvente, fenómeno que se hace evidente al reducir, por ejemplo, el concepto
de territorio asimilándolo a una forma de propiedad colectiva, de donde se
deriva irremediablemente, capacidad para entrar en el mundo de los negocios y
los contratos en relación con sus saberes y recursos, introduciendo de hecho un
lenguaje mercantil, contrario a los valores de uso que aun realizan mediante
relaciones ecocéntricas de intercambio en reciprocidad que han sido fundamento
de esas comunidades, culturas territorios.
No obstante y por fortuna existen
auténticos procesos autónomos y de base empeñados en el resurgimiento de sus
maneras de ser sin dejar de pertenecer a la Tierra y al universo. Procesos que
están lejos de ser debidamente reconocidos, protegidos y valorados por todo
cuanto significan para avanzar y ganar coherencia alentando la emergencia de
nueva sociedad.
Para finalizar deseo enfatizar como lo ha hecho la UNESCO,
en que la diversidad cultural es manifestación y sustento de la diversidad de
vida en la tierra y de la Tierra misma como ser viviente11.
11 UNESCO (2003): Sharing a World of Difference: The Earth’s Linguistic, Cultural and Biological Diversity, pág. 11.
Entonces el
mayor desafío intercultural de nuestro tiempo es, en nuestro sentir, investigar
y educar acoplándonos orgánicamente al entramado de la vida del que hacemos
parte, impulsando la solidaridad y el trueque de información, materia y energía
entre las más diversas formas de vida y de cultura que dieron origen a esa gran
diversidad de territorios, paisajes, ecosistemas y regiones, que configuran y
sostienen la vida en el mundo.
Alcanzar ese propósito demanda un esfuerzo
mancomunado orientado a configurar o consolidar procesos de investigación,
educación y aprendizaje participantes, que nos involucren y transformen, puesto que necesitamos aprender a convivir en contextos donde las
relaciones interculturales tienen que cobrar cada día mayor importancia.
Es
imperativo investigar con los otros, participando de procesos reales, más que
virtuales, para poder comprender y participar discretamente en la emergencia y
el desenvolvimiento de procesos sociales germinales de la sociedad porvenir,
procesos que no tienen antecedentes en el transcurso de la llamada Edad
Moderna, pero que se nutren de conocimientos y prácticas sociales propias de
culturas raizales, construidas hace varios siglos, las mismas que a pesar de
los perversos impactos de la agresiva sociedad dominante, no han roto sus
cosmogonías de las que derivan relaciones de sustento mutuo con la naturaleza,
de ahí el rol que con nuestro apoyo solidario pueden cumplir en el
resurgimiento ético del hacer, en defensa de la vida empieza a brotar entre
diversas comunidades, culturas y territorios, resurgimiento que se da, en medio
de la creciente crisis global que esta extinguiendo a la civilización
contemporánea.
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* Alvaro César Velasco Alvarez, Abogado investigador, experto en asuntos indígenas y defensa de minorías étnicas, a partir de procesos de Investigación - Acción – Participativa. Director de la Fundación Fundaminga que hace parte de la Red COAMA, Consolidación Amazónica y coautor de la Metodología “Poligrafía Social” para la producción social de conocimiento, con más de 35 años de acompañamiento al movimiento de las comunidades de base indígenas, negras y campesinas en defensa de la diversidad cultural y natural.
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Fundaminga es una asociación civil sin ánimo de lucro, que deriva su nombre de la voz indígena “minga” que significa: trabajo realizado entre todos para beneficio de todos. es un colectivo interdisciplinario del que hacen parte profesionales de la antropología, el derecho, la psicología, la sociología, la contaduría, la economía solidaria y la ecología. El colectivo comenzó a conformarse hace más de veinte años en torno a procesos de acompañamiento y asesoría a comunidades: indígenas, afro-raizales, urbanas y campesinas en distintos lugares de Colombia, a partir del acompañamiento a procesos de base comunitaria, ha construido una propuesta teórico-metodológica, con el nombre de Poligrafía Social, que permite explorar, conversar, pensar e interpretar, utilizando múltiples formas de representar gráficamente la realidad, generando procesos (mingas) de producción social de conocimiento.
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