martes, 17 de enero de 2012

El Resurgimiento de las Culturas Raizales: Territorialidades y Lenguajes Emergentes


*Alvaro César Velasco Alvarez
Enero 13 de 2012

INTRODUCCIÓN:
La reflexión en construcción que se presenta en este escrito, bajo el nombre de: “El Resurgimiento de las Culturas Raizales: Territorialidades y Lenguajes Emergentes”, pretende ser una primera aproximación ordenada de un tema que ha ido concitando mayor interés, no solo individual, sino como un asunto fundamental que congrega al colectivo de Fundaminga1 y muchos de los amigos cercanos que acompañan procesos de resurgimiento de culturas ancestrales: campesinas, indígenas y afro-raizales, cuyos orígenes se remontan en el tiempo mucho más allá de la corta historia de Colombia, República o Estado-Nación que no ha podido consolidarse, aún cuando ya esa forma de organización social parece agotada o inadecuada para enfrentar los grandes problemas y desafíos de la sociedad contemporánea. 

Resurgimiento de culturas raizales que ocurre como resultado de procesos que paulatinamente han recreado territorialidades y lenguajes. Fenómeno que además, emerge de forma simultánea con las nuevas formas de pensamiento crítico que se han ido consolidando, a medida en que el legado de la ilustración, sus esquemas y concepciones, se muestra cada vez más insuficiente para dar cuenta de una realidad cuya complejidad, paradójicamente avizoramos, gracias a los avances del pensamiento y de la ciencia que esos pioneros del paradigma cartesiano contribuyeron a forjar, pero que ahora, sin duda, los supera.

Vivimos hoy una realidad que sobrepasa toda explicación por más refinada y parcialmente acertada que sea, a tiempo que la humanidad se encuentra sumida en una profunda crisis ambiental, social, ética y cultural. Crisis que, también se deriva de esa forma dominante de hacer, de pensar y de concebir el mundo. 

En ese contexto, el resurgimiento de culturas raizales adquiere connotaciones que en mi sentir, tienen gran importancia en cuanto procesos interculturales dialogantes que al recrearse impulsan un resurgimiento ético y estético en otros ámbitos y contingentes sociales, es decir, que están alentando una renovación cultural en beneficio de la vida entera.

La emergencia de territorios y lenguajes ancestrales, nos propone a su vez, el reto de recrear con ellos otra manera de ver, de ser y de vivir, es decir, de consolidar territorialidades en las que todos los seres y los elementos que las constituyan configuren un campo relacional vivo y palpitante, se trata, de alentar el surgimiento de territorios autónomos, diversos, cooperantes, acoplados a la naturaleza y al universo. 

No sobra decir que los procesos a que nos referimos, son germinales y tiene un devenir incierto, razón de más para reflexionar sobre ellos; y como son innovadores y autónomos, tienen serios distanciamientos en su quehacer con las organizaciones regionales y nacionales que dicen representarlos, pero cuya manera de actuar, las ha transformado en brazos, que de hecho son dependientes de las instituciones nacionales e internacionales que les brindan soporte y de sus burocracias.

ENFOQUE
La esterilidad del mundo burgués desembocará en el suicidio o en una nueva práctica de participación creadora. Tal es, para decirlo con la frase de Ortega y Gasset el “Tema de nuestro tiempo”: la sustancia de nuestros sueños y el sentido de nuestros actos”. (Octavio Paz, 1970, p. 89.)2

2 Paz, Octavio, “El laberinto de la soledad”, Primera edición (Siglo XXI), Fondo de Cultura Económica de España, Madrid, 1970

Compartimos el dilema que propone Octavio Paz para caracterizar la sociedad de nuestro tiempo, sobre todo en cuento se refiere a la necesidad de participación creadora orientada hacia la construcción y el acompañamiento de procesos emergentes de nueva sociedad. Procesos que con seguridad, ya se están llevando a cabo en distintos lugares del mundo, tratando de superar la dualidad entre teoría y práctica que nos ha fragmentado como individuos y como sociedad. 

Procesos que avanzan realizando el valor de uso de los conceptos y las categorías, utilizándolos como insumos destinados a preparar, abonar e impulsar la reflexión fundamental que nos conduce a re-conocer el entramado relacional del que hacemos parte, para una vez situados, poder conocer, curar y transformar el ámbito en donde se desenvuelve la existencia de los sujetos, comunidades y personas que participan de procesos emergentes de investigación-acción. 

Los elementos teórico-metodológicos se constituyen así, en elementos destinados a desbloquear la mente individual y colectiva desde donde necesariamente tienen que germinar los procesos autónomos de aprendizaje que reconfiguran relaciones, propiciando el intercambio orgánico de información, materia y energía, que a medida que surge, brinda el sustento vital desde donde han de empezar a surgir renovados sujetos, relaciones, lenguajes y territorios de la sociedad por venir.

Se trata, como lo enfatiza Arturo Escobar, de propiciar un proceso de investigación y aprendizaje que permita ver y vivir la realidad social de “otra forma” cuestión que requiere mucho más, que teorías alternativas como las que, se conocen ahora, bajo el nombre de “teoría de la complejidad”. 

Complejidad que no es una abstracción teórico-filosófica, sino algo que emerge de abajo: de un entretejido de interrelaciones que se multiplican y auto-organizan con una lógica, unos principios y unas reglas no pre-establecidos, que emergen como regularidades desde las actividades cognitivas, configurando redes de inteligencia colectiva, que se irán acoplando para generar las condiciones, las emociones y la razones que sustentan su propia existencia, íntimamente dinámica, orgánica, descentralizada y no jerárquica, creando así un renovado ámbito social.

El reto está en adquirir capacidad para reconocer, acoplarse y actuar, en el marco de las situaciones concretas y cambiantes de cada comunidad para comprender su realidad más profunda, desde esa dinámica que puede emerger una renovada visión de la diversidad de formas y relaciones que configuran vida, lenguajes y territorios. La metáfora de referencia, sería el enjambre en cuanto que, toma distancia de esa otra percepción de realidad que se inspira en la metáfora del reloj (exactitud mecánica producto del engranaje de partes) para en su lugar, proponer analogías con otros conjuntos dinámicos y cambiantes, como son, por ejemplo, las nubes. 

Con ésta perspectiva se trata de alentar la configuración de territorios, donde la soberanía sea producto de la capacidad de cada quien y de todos, de cuidarse cuidando y amando lo prójimo, creando o recreando una visión del mundo que relacione al conjunto de los seres con el movimiento de la realidad, la vida y el universo. 

Es como empezar a navegar conscientemente en el espacio-tiempo configurando territorios vivos donde la comunicación propicie el intercambio orgánico con la naturaleza, la sociedad envolvente y el universo, construyendo ámbitos de autonomía para la convivencia, asumiendo responsabilidades, valorando los diversos saberes y puntos de vista, reconociendo subjetividades e intersubjetividades, es decir, a los otros y lo otro, sin descartar sus distintos marcos de significado. 

En síntesis, aprender tejiendo, desde abajo redes que traspasan los linderos o fronteras del pensar y del hacer en que nos hemos forjado, y que han sido siempre trazados desde arriba. Se trata de construir una relación orgánica entre el proceso de vivir y el proceso de conocer, de tal modo, que cada quien pueda decir: “existo, luego pienso”, en lugar de: “pienso, luego existo”.

“Redes” y “enjambres” son buenas metáforas o herramientas conceptuales, en cuanto permiten entender mejor las complejas relaciones de la cambiante realidad, no solo en el marco de la teoría de la complejidad, sino para recuperar y recrear el legado de esas culturas raizales, campesinas, indígenas o afrodescendientes, que por tradición ancestral construyeron relaciones de sustentación mutua con la naturaleza, y con ello, maneras analógicas y alegóricas de vivir para pensar, mediante acciones de intercambio orgánico derivadas de cosmogonías que proporcionan otra forma de concebir y administrar el espacio-tiempo, descifrar el entorno y construir lenguajes y territorios, es decir, maneras creativas de convivir con el espacio y el territorio al ritmo del tiempo y el momento, saber orgánico que se manifiesta, por ejemplo, en aquellos calendarios en forma de disco que relacionan a partir del giro anual de la tierra en torno al sol y de la luna en torno a la tierra, los ciclos de reproducción de la vida en sus territorios, representaciones donde diferentes expresiones de la vida en relación con el universo aparecen vinculadas a las diversas practicas sociales y rituales que señalan el momento y la manera de acoplarse a la cambiante realidad en cada época del año. 

Culturas raizales que se transformaron en parte estructurante de la red o del sistema geo-bio-físico al que pertenecen, no como dueños, sino como integrantes de ese entramado al que se asimilaban a partir de maneras de actuar que se realizan mediante relaciones de intercambio en reciprocidad, trueque orgánico, respetuoso y amistoso que se realiza en procura de satisfacer sus necesidades humanas, entendidas éstas, para el propósito de la presente reflexión, conforme a la propuesta de Max Neef y Elizalde, según la cual, y a mi manera de ver, las maneras en que se produce: el entendimiento, la protección, la subsistencia, el afecto, la participación, la creación, la identidad, la recreación y la libertad, determinan las maneras del estar, el tener, el hacer y en última instancia, del Ser individual y colectivo, en otras palabras, la sabiduría ancestral de las comunidades, campesinas, indígenas o afro-raizales es compatible con la “teoría de la complejidad” en cuanto son producto de saberes que se renuevan y adaptan a las circunstancias cambiantes de la vida y el universo, y en tanto, configuran modos de saber simbólico, ecocéntrico y holístico, de ahí, los importantes aportes que ese legado cultural puede hacernos, siempre y cuando encontremos la manera adecuada, discreta y creativa de articularlo y recrearlo en los procesos de investigación participativa orientados a la construcción en el aquí y ahora, de la sociedad por venir.

METODOLOGÍA
Las pautas metodológicas que inicialmente se plantean se nutren de variadas fuentes como se irá viendo a lo largo de esta reflexión que apenas comienza. Por ahora y para el presente escrito, he tomado, como referente conceptual-metodológico, la concepción pedagógica de don Simón Rodríguez, pedagógo y maestro de Bolívar, en cuanto responde a una preocupación fundamental que compartimos: “La sabiduría de Europa y la prosperidad de los Estados Unidos son grandes obstáculos para la libertad de educarnos en América”3 axioma que complementa diciendo que en todo proceso de aprendizaje es indispensable “darle a los pensamientos el espíritu que le es propio”, propósito para el cual, nos dice, deben “dibujarse” los pensamientos haciendo un “diagramado topográfico” que le dé contexto, raíz y territorio a lo aprendido.

3 RUBILAR SOLISLuis, “Don Simón Rodríguez, El Pedagogo Andino” (1771-1854), (desde Cundinamarca hasta la Araucanía) "O inventamos o erramos"(SR). (UMCE, Santiago).

Por feliz coincidencia con el planteamiento anterior, desde hace tiempo con el colectivo de Fundaminga, gracias a las enseñanzas de científicos, poetas y maestros, y al invaluable aporte de los pueblos y comunidades, con quienes hemos compartido en buena parte nuestra vida, hemos diseñado una manera y unas herramientas para poner la memoria en movimiento, generar reflexión y producir socialmente pensamiento y conocimiento para la acción renovadora. 

Se trata de una manera de impulsar la creatividad, recuperar la imaginación y la memoria, mediante la elaboración colectiva, autónoma y conversada de mapas, calendarios, gráficas y dibujos con las comunidades. 

Metodología que en un comienzo denominamos “cartografía social” y que posteriormente, la experiencia acumulada hizo que la llamáramos “poligrafía social” por las características que el ejercicio fue tomando al generar otra manera de representar e interpretar la realidad leyendo el territorio, y recuperando el valor de la memoria, de las prácticas cotidianas, de los calendarios, mitos y leyendas, construyendo de esa manera, un nuevo lenguaje que recoge la historia del pueblo o la comunidad involucrados, sin fragmentar el hilo de su devenir histórico, ya que muchas expresiones, saberes, usos y costumbres permanecen, se renuevan o renacen hoy remontándose al origen y transformando la relación: pasado, presente, futuro; al percatarnos que fragmenta y/o elimina elementos y relaciones que ocurren y tienen presencia en el aquí y ahora, es decir, que mucho del pasado y el futuro está presente en la vida comunitaria, en su lenguaje, sus saberes, sus usos y costumbres, de ahí la importancia de considerar el territorio como depósito de información y de memoria:

El territorio, es un campo relacional complejo y socialmente construido, su exploración como campo relacional dinámico y cambiante conviene hacerla asumiéndolo como un depósito de memoria que remite al origen de un pueblo con sus maneras específicas de ser, de hacer, de hablar y de pensar, que son y actúan como ADN de la identidad marcando su devenir histórico. Memoria que cuando se pone en movimiento empieza a impulsar procesos de aprendizaje e investigación vivos, que propician el resurgimiento y la recreación de la propia existencia de los pueblos y su propia cultura. De esa manera se genera renovado y auténtico el sentido común que vuelve a unirlos en el deseo de resurgir recreando su cultura mediante acciones fundadas en la autonomía creativa” (FUNDAMINGA, 2005)4

4 Poligrafía Social: propuesta conceptual y metodológica construida para explorar, sentir y comprender el complejo y dinámico entramado de relaciones y saberes que configuran territorios, entendidos como depósitos de información y de memoria. Creada por la Fundación Fundaminga

El ejercicio de exploración, que se hace dibujando mapas y calendarios compromete todos los sentidos y contribuye a que el aprendizaje se nutra de la memoria primordial y de las prácticas sociales que han sido pilares de la vida comunitaria. Las relaciones representadas en los mapas permiten construir una manera de pensar emergente y renovada, capaz de interpretar realidades, analizar problemas y tomar decisiones con autonomía, actos que afirman el sentido de pertenencia y generan las competencias necesarias para asumir responsabilidades en el cuidado de la vida y de la cultura comunitaria.

Lo representado o dibujado en los mapas y graficas relacionales, configura un tejido que va enlazando mental y emocionalmente: elementos del entorno, prácticas sociales, expresiones artísticas, celebraciones rituales y momentos claves de la vida comunitaria. A medida que el proceso de representación avanza, va mejorándose paulatinamente la capacidad de narrar, conversar y comprender entre los dibujantes-pensadores quienes con la competencia adquirida para representar, relacionar e interpretar, liberados de temores e inseguridades, empiezan a sentir como necesarias, acciones destinadas a afirmar su dignidad y relacionarse en pie de igualdad con los demás, de donde surge la necesidad de comunicarse, aprender, transformar y relacionarse con el mundo con la dignidad y el conocimiento que se adquiere al recuperar su memoria y afirmar su identidad.

Para ilustrar lo anterior, a continuación se presenta una muestra de lo que es capaz de producir una comunidad cuando participa activamente en la exploración de su territorio, la investigación participativa que se refiere fue realizada recorriendo ríos y territorios con las comunidades afro-raizales asentadas en las riveras de los ríos: Mejicano, Chagüi y Rosario, ubicados al sur de la región del andén Pacífico colombiano, en jurisdicción de Tumaco, departamento de Nariño, frontera con Ecuador. 

La investigación permitió como veremos, constatar que la sabiduría legado de los ancestros que construyeron “palenques” territorios para la vida en libertad, está viva en el entramado de relaciones que configuran sus territorios, es semilla de resurgimiento y tiene la cualidad de potenciar la emoción y el deseo de recrear formas de vivir y convivir, y eso a pesar de la muy difícil situación que esas comunidades soportan en el presente.

MOMENTOS DE LUCIDEZ
Tres momentos demuestran la enorme riqueza de la cultura afro-raizal, que no obstante las agresiones que padece, sostiene aun la vida de las comunidades afrodescendientes asentadas el las riveras de los ríos antes mencionados. Comenzaremos con una historia que tuvo lugar en el rio Chagüi, dibujando con la comunidad de Palay, un mapa relacional de lugares, historias y memorias vinculadas a su origen, ejercicio que propició un emocionante momento de recuperación del espíritu cimarrón. Ocurrió al finalizar el ejercicio cuando intercambiábamos sentimientos, reflexiones y aprendizajes, Marcelino Hurtado, más conocido como “Junter” líder muy querido por su gente, nos sorprendió con el siguiente relato:

…Contaban los mayores, nos dijo, que existió alguna vez un hombre que pasó buena parte de su vida pidiendo limosna, contaban que cuando se acercaba al final de sus días, algunos pocos amigos lo acompañaron a la hora de su muerte, y cuando exhaló su último suspiro, uno de sus amigos, tomó la bandeja con que pedía limosna y al sentirla pesada comenzó a limpiarla, y con verdadera sorpresa descubrió que la bandeja era de oro… llamó a los demás… quienes al mirarla, no podían creer que el mendigo hubiera perdido su vida, pidiendo limosna en una bandeja que era un verdadero tesoro. 

Peor que eso, como les parece, prosiguió, es lo que nos esta pasando a nosotros, porque nuestra bandeja de oro, nuestro tesoro, lo hemos visto y recorrido hoy haciendo éste mapa, y no podemos dejar que se convierta, como parece, en indecorosa bandeja para salir a pedir limosna, por ese camino vamos a acabar perdiendo por completo la libertad, el territorio, la dignidad y la cultura, tal como las perdió el difunto… (FUNDAMINGA 2008)5

5 Territorios, Ancestros y Semillas: memoria de la investigación participativa con Poligrafía Social, realizada por Fundaminga con comunidades afro-raizales de Colombia en los ríos Chaguí, Mejicano y Rosario jurisdicción del Municipio de Tumaco, departamento de Nariño

Sin duda ese relato, esa alegoría, avivó la conversa y fueron muchas las cosas que de corazón se dijeron acerca de la necesidad de impulsar con renovado espíritu y mente de cimarrón la lucha en defensa de su propia vida, su territorio, su cultura y su libertad.

Otro momento similar ocurrió en la comunidad de Mercedes del mismo rio Chagüí dibujando el mapa de las relaciones con el bosque, la conversación se detuvo cuando alguien señaló un área grande y boscosa por la que algunos extraños, según dijeron, ofrecían compra, fue entonces cuando Don Víctor Quiñones, intervino y contó la siguiente historia:

Esto me hace acordar, dijo, de Don Francisco Saya, era ese hombre, todos lo saben, el mejor marimbero del río Chagüí, yo mismo alcancé a conocerlo, en verdad tocaba y cantaba con un sentimiento y una fuerza que le salía de lo más profundo de su corazón, verlo y oírlo hacia vibrar en cada uno el alma de negro raizal que todos llevamos dentro… cuentan que un buen día, a don Francisco Saya se le presentó en su casa un hombre extraño, un desconocido, que al rato empezó a ofrecerle mucho dinero, muchas cosas y muchas ilusiones a cambio de su tierra. 

Dicen que Francisco Saya al oírlo, empezó a vacilar y se sentó agachado y confundido, pero de pronto alzó la cabeza y al mirar la marimba, se paró de un salto como si la marimba lo llamara, corrió hacia ella y empezó a tocar con fuerza y sentimiento un canto ancestral… cuentan que toda la tierra comenzó a vibrar como si respondiera a la música y el canto… el desconocido sintió entonces, que nada tenía que hacer ahí, comprendió que Francisco Saya, su tierra, su canto y su marimba, eran una sola cosa, que nunca nadie podría desterrar… eso es lo que tenemos que hacer recuperar la música y el canto, que nos dieron tierra, cultura y libertad, nuestro territorio de hoy… (FUNDAMINGA 2008)6

6 Op. Cit

Ese relato fue suficiente. A nadie le pasó por la mente ocuparse de analizar las ventajas y desventajas del vender aquella zona boscosa. Había quedado claro que, el territorio es tierra, gente, canto, marimba y sentimiento y que eso no se puede vender. Después de esa evocación del espíritu de libertad encarnado en Francisco Saya, la gente fue en busca de la marimba y los tambores para cantar y danzar y así descargar esa emoción compartida que surgía desde lo más profundo de su corazón afro-raizal.

Ahora va la historia de un hombre del rio Rosario, Don Santiago García un auténtico agricultor tradicional, que tiene, una vieja amistad con la palma de coco, cuenta 80 años, durante los cuales ha podido conocer y compartir con esa palma sus mejores y sus más penosos días. Aprendió de sus padres y abuelos los secretos y las formas amorosas de sembrarla, acompañó por años a técnicos profesionales del INCORA y el ICA que realizaron proyectos en la región para extender el cultivo, configurar una plantación y producir para el mercado, de ellos también aprendió bastante. 

Esa relación amorosa con la palma, lo ha llevado a dedicar buena parte de su vida a tratar de curar y controlar el “anillo rojo” enfermedad que ha devastado muchos cocotales, sin que hayan podido los técnicos encontrar solución. Conversando animadamente con él sobre su relación con la palma de coco, de pronto nos preguntó sonriente:

¿Creen ustedes que se puede hablar con las plantas, con los árboles, con las palmas?... Si le contestamos, conocemos amigos en la selva amazónica que lo hacen… “Yo también lo hago, dijo entonces, cuando voy al cocotal, si vieran como las palmas se mueven de contentas cuando llego, son mis amigas, me preocupo por ellas, mi gran desafío ha sido controlar el anillo rojo… los técnicos trataron de controlarlo fumigando la copa de la palma para matar a los insectos que parece causan la fermentación, síntoma con el que comienza la enfermedad… uno de esos insectos es el cucarrón, a mí siempre me pareció muy sospechoso, este bicho debe ser el que les hace daño a las palmas pensaba yo, pasado el tiempo cuando los técnicos se fueron para no volver, sin haber solucionado el problema, comencé a seguir al cucarrón con mucha cautela, quería conocerlo mejor, de donde salía antes de ir en busca de coco, y a donde iba cuando dejaba la palma, así pase un tiempo, hasta que un día agarre un cucarrón grande que parecía ser jefe, lo lleve a la mesa, lo puse patas arriba y le dije, vamos a ver ¿porque le haces daño a las palmas?… el pobre cucarrón pataleaba desesperado como queriendo decir no…no…yo no hago ningún daño… ¿cómo que no? le dije mirándolo fijamente y en ese momento caí en cuenta de algo que no había visto, el cucarrón es ciego, como les parece, y entonces claro, pude entender lo que me decía…” soy ciego es el olor del fermento que me lleva a la palma”… es cierto, pensé, el olor es el que lo lleva en busca de comida, tienes razón le dije y lo solté. 

Luego trate, de seguir al bicho que realmente causa la enfermedad, pero no pude, es muy volátil y pequeño… desconsolado me puse a darle vueltas al asunto y a pensar…y entonces me acorde de lo que mis mayores me enseñaron…y eso me aclaró la mente, en lugar de matar a los insectos con venenos me dije, lo mejor es volver a sembrar con cuidado cada palma, como lo hacían los viejos, mis padres y abuelos, abriendo el hueco hondo, agregando ceniza y materia orgánica, escogiendo la mejor semilla y rezando una oración, así crece la palma fuerte y puede resistir el ataque de las plagas, así cuido ahora, claro no puedo cuidar muchas palmas pero ellas también me cuidan a mí. Amor con amor se paga. (FUNDAMINGA 2008)7

7 Op. Cit.

Con él fuimos a visitar sus palmas y a recorrer el bosque, que hasta el día de hoy, padece el impacto de la fumigación que desde el aire hacen naves y pilotos gringos para, según dicen, erradicar cultivos ilícitos de coca, solo que generalmente fumigan las parcelas de pancoger, sin tocar muchas veces las plantaciones grandes de coca controladas por extraños. Oigan y miren las aves, nos dijo Santiago en el bosque, verdad que no se ven, es que, como mucha de nuestra gente ellas también se han ido, desplazadas por la fumigación y el ruido que hacen los aviones cuando pasan rociando el veneno. No cabe duda pensamos siempre al recordar ese recorrido, don Santiago es un hombre que investiga con el corazón, no para saber sino para vivir.

De esas conversaciones y talleres salieron otras sabias reflexiones que tienen, ese profundo sentimiento afro-raizal acerca del territorio, el agua, las semillas, la parcela de pancoger. Sobre el derecho a la tierra y la libertad, por ejemplo, Miguelito Campaz, veterano líder y reconocido luchador que pertenece a la comunidad afro-raizal del rio Mejicano, conversando con su comunidad en torno a un mapa, sobre el derecho al territorio que construyeron sus ancestros, hizo una profunda y sentida reflexión:

… Miren el mapa, nuestros derechos nacieron aquí en territorios de libertad, cuidando la naturaleza, aprendimos a respetar la vida. El derecho nuestro se canta y se baila al son de tambores y marimba. Nuestro derecho enseña, lo que con la ley no aprendo. La ley me somete, el derecho me hace libre. La ley me traslada, el derecho propio me da arraigo. 

Nuestro derecho está escrito en nuestros territorios, historias y memorias. Lo cuentan los abuelos con historias de muchos árboles, matas, arbustos, peces y animalitos. También del coco, del arroz, del tabaco, del borojó, de la piña, de los plátanos, del cacao, de la caña y de las hierbas y plantas medicinales. Ahora algunas de esas cosas de la vida ya no existen o están en peligro… Sobre las semillas, por ejemplo, preguntaba un abuelo ¿qué fue primero el fruto o la semilla? La semilla, nos decía que contestó un árbol de Mangle nato, la semilla es la herencia de los árboles, contiene todo lo de antes. Las semillas nos cuentan que comieron los abuelos y su lucha para conquistar y mantener la libertad. La semilla encierra conocimiento. Nuestro deber es volver a tejer y a pensar nuestro territorio y nuestro derecho, es tarea para hacerla con nuestros hijos y nietos para defender la herencia que recibimos de nuestros ancestros... (FUNDAMINGA 2008)8

8 Op. Cit.

Sin duda las anteriores reflexiones son producto de momentos de lucidez que brotan recuperando la memoria que guarda el territorio que al ser vivido y representado conversando y dibujando mapas, se transforma en un espejo donde se refleja la historia y la identidad. Son ejercicios de trueque de intangibles: afectos, saberes, emociones experiencias. Pero lo más emocionante es que son expresiones hechas por agricultores tradicionales, curanderos, parteras, médicos tradicionales, cantoras, tamboreros, marimberos, pescadores, concheras, artesanos de las comunidades de esos tres ríos Mejicano, Rosario y Chagüi, quienes participaron de los talleres conversando y haciendo dibujos, mapas con canciones, coplas y narraciones que muchas veces terminaron en baile. 

Todo eso ocurrió en un proceso realizado para proteger sus territorios y comunidades, cuidando el bosque y la cultura raizal. Fue un ejercicio de investigación participativa realizado durante ocho meses (que infortunadamente no hemos podido seguir acompañando de cerca), algunos de los hombres y mujeres participantes podrían haber sido analfabetas, pero esa limitación jamás le impidió, hacer memoria, pensar, representar, conversar, leer e interpretar su propia vida ligada a sus ancestrales territorios. Es claro en nuestro sentir, que con comunidades raizales es mucho cuanto se puede aprender y mucho más cuanto podremos conjuntamente crear, para alentar el surgimiento de la sociedad porvenir.

TEXTOS
Lo expuesto anteriormente, se acopla, se nutre y se recrea al acercarse intelectual y emocionalmente a diversos planteamientos que acerca del lenguaje, la realidad, el pensamiento, la mente y la memoria han formulado estudiosos, artistas y poetas, hombres y mujeres que desde diversos dominios y disciplinas del conocimiento, le están abriendo camino a nuevas maneras de aproximarnos a la realidad y a una mejor forma de participar en la gestación de la sociedad por venir, que ocurre en medio de la crisis global en la que estamos inmersos. 

Sin duda, por ejemplo, las reflexiones de los afro-raizales que hemos traído, a manera de ejemplo, como momentos de lucidez, permiten comprender mejor a Humberto Maturana9 cuando se refiere al pensar analógico diciendo:

9 MATURANA, Humberto, biólogo y epistemólogo chileno, junto con Francisco Varela, desarrolló en la década de los setenta el concepto de autopoiésis, el que da cuenta de la organización de los sistemas vivos como redes cerradas de autoproducción de los componentes que las constituyen

… Lo fundamental del entendimiento de las coherencias del vivir y del mundo que vivimos, ha surgido a lo largo de la mayor parte de los tres millones de años de nuestra historia de seres lenguajeantes, desde el pensar analógico sistémico… pensar analógico que opera captando configuraciones relacionales y es efectivo en el ámbito de la biosfera como fuente de entendimiento y de manejo sistémico del vivir. 

Puede decirse que el pensamiento analógico sistémico es inductivo en tanto que desde él, todo lo que se parece es igual (o equivalente) desde el punto de vista configuracional, de modo que si entiendo lo uno, entiendo lo otro. En el pensar analógico sistémico la acción surge como un acto creativo…..llamo a este modo de mirar y pensar, mirar y pensar poético…..en tanto este modo de pensar, en último término este modo de percibir, revela relaciones que van más allá de las circunstancias que se viven en cada momento… 

El pensar poético no se detiene en las relaciones locales, conecta, y es, por lo tanto esencialmente comprensivo. De ahí tanto su carácter metafórico que invita a otra parte que se parece pero que no es la mismo,… invita a otro que ocurre de otra manera pero que es igual (o equivalente). Entre-paréntesis fuera del texto... (Maturana, 1997, p. 125)10

10 MATURANA, Humberto. “La Objetividad: un argumento para obligar” Dolmen Ediciones, Santiago de Chile 1997, pág. 125.

Sin duda, en mi sentir, Marcelino, don Víctor, don Santiago y Miguelito son seres lenguajeantes, que con su manera analógica de pensar y comunicar nos hacen sentir su mundo y al hacerlo nos llevan a él, lo recrean al enunciarlo, generando emociones y deseos de volver a vivirlo, deseo que por paradójico que parezca, esta al alcance de la mano y se vuelve a vivir por momentos con el canto y con la danza.

Ahora bien, valga decir que esos momentos se producen en las conversaciones y talleres, mediante un proceso donde se va amasando la palabra, poniendo en movimiento la memoria, dibujando el territorio y realizando de manera espontanea intercambios o trueques intangibles de energía e información, coincide esa experiencia, con quienes han afirmado que todos los desarrollos actuales de la semiótica muestran que, efectivamente, los procesos de enunciación son procesos de constitución de sujetos Individuales y colectivos. Los lenguajeantes recuperan y realizan el valor de uso del lenguaje y con el la capacidad de recrear el mundo.

De igual manera, Gregory Bateson podría encontrar en esas maneras de decir y compartir que, efectivamente como él lo había planteado, la naturaleza se revela estableciendo relaciones con ella, y que los fenómenos solo pueden ser conocidos en un contexto de observación participante que es cuando la mente recupera su función y entonces la sabiduría, la belleza y la gracia afloran, demostrando que los sistemas vivientes no son reducibles a sus componentes puesto que la Naturaleza es mucho más y está viva, y de ella somos parte. 

La ceguera de la civilización actual, consiste como lo plantea el profesor Guido Lagos Garay en su aproximación al pensamiento de Bateson, citando sus propias palabras: La ceguera civilizatoria no es no ver… es más bien no saber relacionarse con aquello que vemos”. El Principito había dicho ya lo mismo en otras palabras: “la belleza pertenece al ojo que observa”. Se trata de abrir la mirada, no dejarse seducir por el objeto, porque en el fondo, el objeto es inaugurado por la mirada que sobre él se posa.

De igual manera, pienso que en esos momentos de lucidez, que surgen conversando y dibujando el territorio que virtualmente va emergiendo cuando empieza a ser narrado mediante ese lenguaje analógico que brota y se nutre de la memoria, revelan por un instante el “orden implicado” sobre el que reflexiona David Bohm, cuando nos dice que hacemos parte de la TOTALIDAD NO DIVIDIDA EN MOVIMIENTO CONSTANTE, movimiento fluyente global no fragmentado ni dividido. 

Conforme a ese planteamiento, entonces cada ‘territorio emergente’ sería un fractal, una faceta de la totalidad, que a la manera de una estructura disipativa que, ENTRE EL CAOS Y EL ORDEN, se mantiene alejada del equilibrio, como lo plantea Prigogine, aunque relativamente invariante en el tiempo donde navega, viendo más allá de lo explicado, guardando memoria sensible y recreando la vida, siendo a su vez, imagen cambiante de un aspecto de la totalidad. En ese sentido, un “territorio emergente” no puede ser ni mirarse fragmentado, aunque este inmerso y se debata, en la realidad fragmentada y parcialmente explicada creada por la civilización dominante.

La potencialidad que poseen las culturas raizales para propiciar la emergencia de territorialidades que a la manera de estructuras disipativas alejadas del equilibrio abran caminos donde podamos aprender y liberarnos del “orden explicado”, contrasta con la actitud de incomprensión y menosprecio que todavía marca la tendencia dominante en el campo de la investigación y la educación. 

Solo en los últimos años se está logrando contrarrestar esa tendencia, no obstante el predominio de un discurso reivindicativo que lejos de impulsar el resurgimiento de las territorialidades y culturas raizales, propicia su incorporación a la sociedad envolvente, fenómeno que se hace evidente al reducir, por ejemplo, el concepto de territorio asimilándolo a una forma de propiedad colectiva, de donde se deriva irremediablemente, capacidad para entrar en el mundo de los negocios y los contratos en relación con sus saberes y recursos, introduciendo de hecho un lenguaje mercantil, contrario a los valores de uso que aun realizan mediante relaciones ecocéntricas de intercambio en reciprocidad que han sido fundamento de esas comunidades, culturas territorios. 

No obstante y por fortuna existen auténticos procesos autónomos y de base empeñados en el resurgimiento de sus maneras de ser sin dejar de pertenecer a la Tierra y al universo. Procesos que están lejos de ser debidamente reconocidos, protegidos y valorados por todo cuanto significan para avanzar y ganar coherencia alentando la emergencia de nueva sociedad.

Para finalizar deseo enfatizar como lo ha hecho la UNESCO, en que la diversidad cultural es manifestación y sustento de la diversidad de vida en la tierra y de la Tierra misma como ser viviente11

11 UNESCO (2003): Sharing a World of Difference: The Earth’s Linguistic, Cultural and Biological Diversity, pág. 11.

Entonces el mayor desafío intercultural de nuestro tiempo es, en nuestro sentir, investigar y educar acoplándonos orgánicamente al entramado de la vida del que hacemos parte, impulsando la solidaridad y el trueque de información, materia y energía entre las más diversas formas de vida y de cultura que dieron origen a esa gran diversidad de territorios, paisajes, ecosistemas y regiones, que configuran y sostienen la vida en el mundo. 

Alcanzar ese propósito demanda un esfuerzo mancomunado orientado a configurar o consolidar procesos de investigación, educación y aprendizaje participantes, que nos involucren y transformen, puesto que necesitamos aprender a convivir en contextos donde las relaciones interculturales tienen que cobrar cada día mayor importancia. 

Es imperativo investigar con los otros, participando de procesos reales, más que virtuales, para poder comprender y participar discretamente en la emergencia y el desenvolvimiento de procesos sociales germinales de la sociedad porvenir, procesos que no tienen antecedentes en el transcurso de la llamada Edad Moderna, pero que se nutren de conocimientos y prácticas sociales propias de culturas raizales, construidas hace varios siglos, las mismas que a pesar de los perversos impactos de la agresiva sociedad dominante, no han roto sus cosmogonías de las que derivan relaciones de sustento mutuo con la naturaleza, de ahí el rol que con nuestro apoyo solidario pueden cumplir en el resurgimiento ético del hacer, en defensa de la vida empieza a brotar entre diversas comunidades, culturas y territorios, resurgimiento que se da, en medio de la creciente crisis global que esta extinguiendo a la civilización contemporánea.

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* Alvaro César Velasco Alvarez, Abogado investigador, experto en asuntos indígenas y defensa de minorías étnicas, a partir de procesos de Investigación - Acción – Participativa. Director de la Fundación Fundaminga que hace parte de la Red COAMA, Consolidación Amazónica y coautor de la Metodología “Poligrafía Social” para la producción social de conocimiento, con más de 35 años de acompañamiento al movimiento de las comunidades de base indígenas, negras y campesinas en defensa de la diversidad cultural y natural.
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Fundaminga es una asociación civil sin ánimo de lucro, que deriva su nombre de la voz indígena “minga” que significa: trabajo realizado entre todos para beneficio de todos. es un colectivo interdisciplinario del que hacen parte profesionales de la antropología, el derecho, la psicología, la sociología, la contaduría, la economía solidaria y la ecología. El colectivo comenzó a conformarse hace más de veinte años en torno a procesos de acompañamiento y asesoría a comunidades: indígenas, afro-raizales, urbanas y campesinas en distintos lugares de Colombia, a partir del acompañamiento a procesos de base comunitaria, ha construido una propuesta teórico-metodológica, con el nombre de Poligrafía Social, que permite explorar, conversar, pensar e interpretar, utilizando múltiples formas de representar gráficamente la realidad, generando procesos (mingas) de producción social de conocimiento.


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